Pintando despedidas
«Te amo. Inundas de sosiego mis días». Pronunciaba estas palabras mientras sus pasos deslizaban el aire de lado, cortando mi vida al bies. La mirada ambarina sintió la punzada del pincel sonrosado que, sutil, teñía el lienzo de rojos y azules enlazados en el atardecer ardiente de su adiós. Se instaló el vacío en la ausencia repentina. Quizás las lágrimas —envueltas de violácea luz— supieran hacerle volver...