No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy
Si te has sorprendido alguna vez dejando tus compromisos para el último momento, no desesperes. Con intención y un par de pistas serás capaz de autocontrolar esta nefasta tendencia y lograrás cumplir todos tus propósitos.
Junio/2023
Artículo de Eva Mª Muñoz para meKambio
Nuestro «meKambio mOnday» de junio nos trae a colación el tema de la procrastinación. Te suena, ¿verdad? Pero... ¿Sabes exactamente a qué se refiere el concepto? Hoy vamos a tratar de aclararte las ideas al respecto y te daremos, además, una clave para iniciarte en el abandono de este hábito que genera tantos problemas personales, en la organización del día a día, como en el entorno laboral; siendo, por otro lado, más frecuente de lo que imaginas.
Comprensión del término
La RAE * trae una definición sencilla, aunque concisa: «1. tr. Diferir, aplazar». ¿Qué nos dice esto? Básicamente, viene a significar la acción de postergar los asuntos importantes a cambio de ir cumpliendo con otros de menor relevancia o de afrontamiento más agradable.
Como componente del grupo de los verbos transitivos, denota un estado en el que es imprescindible la existencia de dos participantes: ejecutor y receptor. Esta simple idea nos da la primera pista para afrontar esta negativa costumbre: está en nuestro poder la capacidad de que ocurra y, por tanto, de abstenerse de ella. El hecho que postergamos no tiene la culpa de nada.
Hablando de culpas, es necesario recalcar que la procrastinación no es una forma de pereza, tal y como algunos piensan, sino que supone una dificultad real para enfrentarse, desde el ámbito emocional, con los requisitos que una determinada tarea demanda. Se trata, efectivamente, de un comportamiento distractivo que aparece para justificar (de modo inconsciente) el aplazamiento de una actividad que nos produce cierta angustia. La buena noticia es que se puede des-entrenar.
La regla de los dos minutos
Mientras que para muchos la procrastinación puede haberse convertido en un estilo de vida, para otros ocurre tan sólo de manera circunstancial. En ambos casos, trabajar sobre el autocontrol es de vital importancia; nos servirá siempre como herramienta de valor en los procesos de integración. Además, a raíz del nacimiento —y su completa instalación en nuestras rutinas— de las RRSS *, el concepto ha cobrado fuerza a la luz del efecto distractor de éstas.
Acostumbrarse a dividir grandes tareas en piezas más pequeñas y fáciles de manejar, es una de las estrategias de mayor eficacia para prevenir el hecho de dejar las cosas para última hora y, en consecuencia, disminuir los grados de ansiedad que éste provoca.
No obstante, como complemento indispensable os vamos a recomendar una regla originada en el «el método GTD *». Es nuestra propuesta para iniciar la semana con un compromiso firme de mantener tu atención en modo ON durante los próximos 21 días y crearte un hábito que te será de mucha ayuda.
La «regla de los dos minutos» te formula la siguiente pauta: "Si estás planificando una acción que se puede hacer en menos de dos minutos, deja la planificación aparte y hazla, sin más". Con el paso de los días, puedes ampliar el tiempo a 5 minutos y después a 10. Si logras acostumbrarte (y lo harás si te comprometes), verás cómo te vas a encontrar con multitud de actividades que ni siquiera tendrás ocasión de posponer.
¡Espero tus comentarios!
* RAE = Real Academia de la lengua.
* RRSS = Redes Sociales.
* GTD = «Getting Things Done», de David Allen.